No me excuso en mi parálisis cerebral. He visto personas con dolencias más severas que son más vivas que yo», afirma el valenciano
-
«En la crontrarreloj se demuestra quién es el más fuerte. Estás solo contra el tiempo»
-
Deportistas de la Comunitat que tienen su billete para los Juegos o están en vías de conseguirlo
-
MAURICE ECKHARD CICLISTA
La bicicleta había estado en su vida desde niño. «Aquí en La Canyada los chavales de 10 a 15 años lo tienen fácil para ir en bici a todos sitios. No hay demasiado tráfico salvo en dos o tres calles», apunta. Pero en 1999, para Eckhard, más que un medio de transporte, fue una aliada. «De la noche a la mañana me quedé sin amigos por pensar diferente», señala. Fue entonces cuando entró en el club cicloturista y, a través de FESA (La Federació d'Esports Adaptats), empezó a competir. «Hice mi carrera en abril de 2000, y ese mismo año fui segundo de mi categoría en el Campeonato de España, en Avilés», recuerda.
Maurice Eckhard sufre una parálisis cerebral ante la que no se autocompadece. Ofrece, en cambio, un discurso contundente en el que demuestra que tiene las ideas muy claras. «No me excuso en mi discapacidad leve. Gracias a esto he conocido un mundo al que a personas sin discapacidad quizás les cueste más llegar. He visto a gente con enfermedades más severas que quizás son más vivas que yo», asegura.
El valenciano habla sin complejos de su enfermedad. «Siempre he tenido amigos normales. En la infancia siempre he sido el más malo jugando a fútbol. Jugaba de portero porque era el último en tocar el larguero y pagaba en el pilla pilla. He aprendido que por mucho que me cueste, tengo un límite, lo acepto y ya está. Hay solución a todo, menos para la muerte», señala.
Con esta filosofía, Eckhard viajó a los Juegos Paralímpicos de Atenas un año después de decidir que iba a ser ciclista. Esto le ayudó a acudir también a Pekín y a lograr la medalla de bronce en Londres, en contrarreloj. Es el enemigo del cronómetro. Su rival es el sistema sexagesimal que se mide en horas, minutos y segundos. «Soy tozudo y en la contrarreloj se demuestra quién es el más fuerte. Estás tú solo contra el tiempo. No hay estrategia que valga», comenta: «En el pelotón soy poco habilidoso, no me sé manejar muy bien. Siempre me intento escapara para tratar de llegar solo o con algún acompañante».
Su mayor éxito fue el de Londres. «Aquello me sirvió para entrar en el Proyecto FER. Es una de las iniciativas privadas relacionadas con el deporte más bonitas. Debería haber más. Ellos nos ayudan, pero creo que nosotros también les podemos ayudar por los valores que transmitimos», señala. «Esto ha cambiado muchísimo. El paralimpismo va subiendo poco a poco. No estamos al nivel del deporte normalizado, pero vamos avanzando», subraya.
Ahora sueña con disputar sus cuartos Juegos Paralímpicos y obtener su segunda medalla. En mayo o junio sabrá si es seleccionado: «Estamos a la espera de que la UCI comunique cuántas plazas tiene España». Mientras tanto, se prepara para la Copa del Mundo.
Además de entrenarse, saca tiempo para progresar en su trabajo de final del máster en gestión de eventos deportivos. Cómo no, versa sobre el ciclismo paralímpico en España. «¿Las conclusiones? Se lo diré el año que viene cuando lo acabe», indica Maurice Eckhard.
El valenciano no se marca ni plazos ni límites. ¿Tokio? «Mientras disfrute del ciclismo, voy a seguir. El día que no me consideren apto para la selección española, me marcaré otros objetivos», indica. Lo que tiene claro es que jamás se bajará de la bicicleta. Se lo debe por aquel verano del 99. «Me encanta coger unas alforjas y hacer una ruta».
es el tiempo que tardó en recorrer los 16 kilómetros de la contrarreloj que le permitió ser medallista de bronce en los Juegos Paralímpicos de Londres.
martes, 12 de abril de 2016
El enemigo del cronómetro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario