Esta aventura mundialista comenzó con la adquisición de la primera Joëlette en 2013 gracias al proyecto ‘7 islas, un sueño’, en la que un deportista canario recorrió las siete islas canarias en bicicleta de montaña (se donó un euro por kilómetro) para comprar una de estas ‘sillas’ conocidas como Joëlette. Una ingeniosa silla con ruedas, articulada y adaptada para facilitar el acceso de personas que, por sí solas, no puede caminar o acceder a determinados terrenos. Su precio, 3.400 euros, hace que esté al alcance de muy pocos y sólo se fabrica en Francia. Aquel reto en bicicleta por las islas afortunadas permitió la adquisición de una Joëlette que supuso “un gran avance para las personas con dificultades en la movilidad y que nos ha permitido que podamos cumplir varios sueños en la APAT-LORCA”.
Una prueba de 14 kilómetros
Pero el reto que tienen por delante los tres mundialistas, junto con
sus respectivas tripulaciones formada por cuatro personas, no será
sencillo. Deberán recorrer 14 kilómetros por zonas de playa y urbanas en
el menor tiempo posible, por lo que la prueba “requiere una preparación
física importante, ya que la responsabilidad de las personas que llevan
esa silla las convierte en fundamentales”. La gran dificultad es “que
alguna de las personas que participa en la tripulación no han hecho
deporte en su vida y la carrera puede resultar muy dura”. “Pero poder
disfrutar con tu hijo de una experiencia así te hace sacar fuerzas de
flaqueza para terminar la prueba”, confiesa Chumy, que este año no podrá
participar junto a su hijo –como el año pasado- por culpa de una
lesión. Y es que este equipo español ya es uno de los veteranos de la prueba mundialista. En 2014 acudieron con mucho esfuerzo y en 2015, gracias a los patrocinadores, acudieron a Fouras Les Bains en su segunda cita mundialista, pero este año el reto es todavía mayor, ya que serán tres los equipos que representen a España en Rochefort y todos ellos bajo el paraguas de APAT-LORCA. “El primer año fuimos un solo equipo, en 2015 fuimos dos (un niño y un adulto) y este año vamos tres equipos con niños, con la curiosidad de que el equipo de Elvira está formado íntegramente por mujeres”, señala.

El X Campeonato del Mundo para sillas adaptadas a discapacitados será, por encima de todo, una lección de vida de las personas que tienen una discapacidad. “Ellos nos enseñan valores que no conocemos y nos enseñan a transmitirlos. En la cita mundialista aprendemos a disfrutar de otro tipo de vida, que no es distinta a las demás”. En Rochefort de darán cita un centenar de historias emocionantes, de superación, de alegría, de penas... pero sobre todo de ganas de vivir.
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