Desde que empezamos a utilizar las handbikes en el Hospital Nacional de Parapléjicos, a través del Departamento de Rehabilitación Complementaria y la sección de Deportes del Centro y con la colaboración de la Fundación Ciclista de Castilla-La Mancha (FUCICAM), la percepción de la velocidad a la que uno puede desplazarse, y la capacidad para desenvolverse de manera autónoma al aire libre han variado de forma considerable.
Por: Beatriz Crespo
Para los que desconozcan qué es y cómo funciona una bicicleta de manos o handbike, lo primero que hay que destacar es que son adaptables tanto para personas con paraplejia como con tetraplejia, basta con incluir algunas adaptaciones dependiendo del usuario; además, sus beneficios están demostrados científicamente.
Existen diferentes modelos de handbike en el mercado; para las vías urbanas, lo más recomendable es utilizar dispositivos manuales que se acoplan a la silla de ruedas por su parte frontal. Constituyen el modelo de handbike más básico y adaptable a la realización de las actividades de la vida diaria. Además no necesitas realizar ninguna transferencia, basta con acoplar tu propia silla de ruedas a la handbike y a partir de ahí, a rodar.
Por otro lado, si te apetece volver a disfrutar de tener una bicicleta en casa y salir a pedalear con tu familia y amigos existen las handbikes con una estructura de bicicleta mucho más compacta y trabajada, fabricadas a partir de aluminio o fibra de carbono y diseñadas especialmente para poder realizar rutas más largas, ya sea por carretera, vías verdes o circuitos. Normalmente en estas bicicletas puedes ir desde sentado o recostado hasta llegar a estar completamente tumbado, todo va a depender de los gustos de cada persona y las adaptaciones que sean necesarias para lograr la máxima optimización entre la persona, la bicicleta y el nivel de la lesión.
Por último, y como pieza mucho más deportiva, están las handbikes de competición, bicicletas muy ligeras con las que se puede llegar a alcanzar más de 80 km/h. En ellas lo más habitual y recomendable para mejorar su aerodinámica, es ir tumbado completamente. Además, al igual que sucede con la silla de ruedas, según utilices un modelo de ruedas de carretera u otro más adaptado a la montaña, la versatilidad y libertad de uso varía fácilmente según la actividad o el terreno por el que uno se quiera desplazar.
Así pues, la handbike te permite desplazarte más tiempo y con menos esfuerzo, a la vez que mejora aspectos fisiológicos, biomecánicos y psicológicos en la persona con discapacidad.

Entre los beneficios de la práctica de handcycling destacan:
- Disminución de la carga que sufren los miembros superiores en la propulsión. Propulsar la silla de ruedas es un movimiento muy ineficiente que aumenta el riesgo de sufrir lesiones en los miembros superiores, ya que la mayor parte de nuestra fuerza se pierde en sentido vertical hacia el suelo y sólo una pequeña cantidad de nuestra fuerza se transfiere de manera efectiva hacia delante, que al fin y al cabo es lo que nos permite avanzar y desplazarnos. Cuando usas la handbike, la propulsión de los brazos en sentido horizontal favorece la aplicación de la fuerza de una forma mucho más global e integrada, lo que facilita que puedas desplazarte más metros con menos propulsiones y con ello, disminuir la sobrecarga de tus miembros superiores.
- Mejora de la condición física. Con esta práctica deportiva disminuyen los efectos del sedentarismo y se mejora la calidad de vida.
- Mejora la fuerza en los miembros superiores. La propulsión de la handbike no sólo mejora la cantidad de fuerza que seamos capaces de aplicar con nuestros miembros superiores, sino también la forma efectiva de aplicarla, lo que repercute en el manejo de la silla de ruedas en las actividades de la vida diaria. El resultado es una disminución del estrés que sufren los miembros superiores.
- Favorece la independencia de la persona. Dos de los aspectos que se consideran propios de la calidad de vida de las personas con discapacidad son tener la mayor capacidad funcional posible y conseguir la máxima independencia. La sensación de libertad, versatilidad y capacidad de adaptación que otorga el uso de una handbike favorece la consecución de esos dos aspectos.
- Mejora de la autoestima. La sensación de mejora de la condición física y de la fuerza de los miembros superiores; así como la posibilidad de trabajar múltiples aspectos motrices, aportan sensaciones psicológicamente muy gratificantes. Además, disfrutar de una mayor independencia mejora la capacidad de relación con los demás.
Una buena preparación
Antes de iniciarse con la handbike, especialmente en las primeras semanas, es recomendable que un experto supervise las salidas para que la bicicleta se ajuste adecuadamente a las necesidades del usuario. Además, es primordial que un médico garantice los beneficios para el usuario en función de su nivel de lesión o discapacidad.
Para prevenir lesiones lo ideal es variar los diferentes tipos de actividad física, trabajando la fuerza de los miembros superiores, el pecho y la espalda y fortaleciendo los músculos rotadores del hombro para prevenir lesiones.
Realizar una actividad física no significa volver a casa muy cansado o dedicarle muchas horas, sino llevar a cabo actividades complementarias que ayuden a gastar energía extra durante el día. Es suficiente con dedicarle de 20 a 60 minutos diarios y de tres a cinco días a la semana.
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