Campeonato del Mundo de Joelette

APAT-LORCA busca su tercera participación en el Campeonato del Mundo de sillas adaptadas a discapacitados, que se celebrará en Rochefort (Francia). La asociación murciana, cuyo objetivo es cubrir las necesidades de personas con discapacidad ya participó en los dos anteriores, disputados también en Francia, con muy buena repercusión final. Se trata del único equipo español que ha participado en el evento.
Todo comenzó con la adquisición de la primera Joelette en 2013. La Joelette es una ingeniosa silla con ruedas, articulada y adaptada para facilitar el acceso de personas que, por sí solas, no puede caminar o acceder a determinados terrenos. Un gran avance para las personas con dificultades en la movilidad y que ha permitido que APAT-LORCA cumpla varios sueños.
Acudieron al primer Campeonato del Mundo en 2014, con una Joelette y muchos esfuerzos. Gracias al apoyo de los patrocinadores acudieron a Fouras Les Bains y repitieron en 2015, con una segunda Joelette. Así pues, poco a poco el proyecto fue creciendo gracias a la ilusión y la aportación que todo Lorca ha brindado a la asociación.

Esto es una Joelette

'La familia' aumenta de cara a Rochefort 2016

De cara a 2016, el proyecto pasa por regresar al Campeonato del Mundo, que cambia de ubicación aunque sigue siendo en territorio francés, y hacerlo con una estructura mayor. Una tercera Joelette viajará hasta Rochefort, compuesto por una integrante de la silla con parálisis y cuatro corredoras, es decir, un equipo compuesto por mujeres. APAT-LORCA reconoce que la oportunidad es única pues en el evento, se coloca un stand en el que los patroncinadores pueden ofrecer y publicitar sus productos a nivel internacional. En el pasado, el stand lorquí fue el más visitado del Mundial.
Así pues, con el apoyo de los patrocinadores y medios, con la ilusión de la asociación y con una infraestructura mayor, APAT-LORCA quiere seguir rompiendo fronteras y acudir a su tercer Campeonato del Mundo de sillas adaptadas. Historias emocionantes, de superación, de alegría, de penas... todas ellas convergen en Rochefort.